La OMS (Organización Mundial de la Salud) difunde tras un estudio de la IARC, Agencia Internacional de Investigación sobre el cáncer, la evidente relación que se encuentra entre la ingesta de productos cárnicos y el desarrollo de cáncer colorectal.
Esta noticia se hacía eco ayer en los medios de comunicación de toda España lo que produjo un rápido efecto viral e introdujo el caos en personas de todo el país. Los resultados de dicho estudio pueden encontrarse aquí.
Hay quienes se echan las manos a la cabeza tras esta afirmación. En Vegaffinity ya venimos informando desde hace tiempo en esta línea, tal y como publicamos en el artículo 10 beneficios que notarás al dejar de comer carne.
Según recientes estudios de la IARC la ingesta de carnes procesadas aumenta el riesgo de padecer cáncer de colon hasta en un 18%, recomendando así la reducción de la misma aconsejando mantener “prudencia” en su consumo por lo menos hasta saber los resultados de la evaluación de riesgos por parte de la Unión Europea.
Estos datos no deberían presentarse como novedosos ya que en Junio de 2005 el Estudio Prospectivo Europeo sobre Cáncer y Nutrición ya nos avisaban de que la clave del desarrollo de este tipo de cáncer se encuentra en gran medida en la alimentación afirmando que las dietas basadas en carnes rojas y la carencia de vegetales y verduras se encontraban en intrínseca relación con el desarrollo de dicha enfermedad.
¿Qué hechos llevan a la OMS a realizar esta afirmación?
El cáncer de colon supone uno de los cánceres más desarrollados en países occidentales, yendo en aumento a medida que pasan los años. El factor clave que relaciona estos países entre sí no es otro que el estilo de vida que llevan sus habitantes.
En los países con altas tasas de cáncer colorectal se ha observado que la ingesta de grasas puede llevar a constituir casi el 50% de la dieta de sus ciudadanos, potenciado por un estilo de vida ajetreado y un consumo masivo de “comida chatarra”,mientras que en contraposición, los países con menor índice de pacientes que sufren este problema solo el 10% de sus dietas están basadas en la ingesta de grasas animales.
El cáncer asociado directamente a la acumulación de grasas en el intestino
El intestino grueso comienza donde acaba el intestino delgado. Es un tubo de aproximadamente 1,80 m donde desembocan nutrientes, minerales y sustancias de desecho. Es el último estadio de los alimentos antes de ser expulsados, pero en esta última fase, el intestino grueso tiene la función de absorber gran cantidad de agua y gran parte de los nutrientes que contienen los alimentos.
La ingesta de grasas produce desechos y toxinas que se acumulan en las paredes de este tubo y que prolongado en un periodo de tiempo dificultan o imposibilitan que estos nutrientes sean absorbidos y se sigan acumulando en las paredes del intestino imposibilitando cada vez más el paso de sustancias de desecho para su expulsión hasta llegar a formar una costra que el propio cuerpo es imposible de eliminar.
Cuando las toxinas que permanecen en el cuerpo llegan a la sangre y circulan por el corriente sanguíneo alteran las demás células del cuerpo provocando anomalías entre ellas y nuestro cuerpo se ve expuesto a una cantidad grande de riesgos para la salud. Mientras tanto en las paredes del colon las sustancias siguen “pudriéndose” y generando bacterias que al combinarse con los ácidos biliares dan lugar al desarrollo de cáncer de colon o recto.
Con estas afirmaciones nombradas de diversas fuentes de investigación podemos concluir, por tanto, que disminuir las grasas y carnes rojas de nuestra alimentación y aumentar la ingesta de fibras, frutas y verduras nos aportará calidad de vida.
Fuentes:
http://www.huffingtonpost.es/2015/10/26/charcuteria-cancer-colon_n_8388720.html
http://www.expansion.com/sociedad/2015/10/26/562e1872268e3ec53c8b4591.html
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/por-amor-al-aire/2015/10/26/la-carne-y-el-cancer.html
