El pescado se incluye casi siempre entre los alimentos indispensables en la dieta omnívora. Si bien es cierto que desde el punto de vista nutricional, su consumo es mucho más adecuado para la salud humana que el consumo de carne, si puede presentar algunos riesgos para la salud que aquí exponemos. Además, como primer y principal punto o motivación para dejar de consumirlo debería prevalecer que los peces son seres sintientes con un sistema nervioso centralizado que les permite experimentar emociones y, por tanto, sufrir. 

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A continuación os detallamos la lista de Razones por las cuales deberías plantearte consumir pescado:

#1 Los peces son seres sintientes

Cuando hablamos de especismo y veganismo, normalmente solemos centrar el debate en el sufrimiento fehaciente de mamíferos y aves, pero muy pocas veces se habla sobre los peces, también seres sintientes.

La ciencia ya ha dado su veredicto sobre que los mamíferos y aves son seres totalmente sintientes: con conciencia, sentimientos, intereses, etc. No obstante, mucha gente aún se opone a estas evidencias, situándose al otro lado de la ciencia. Esto es lo que llamamos especismo: el ser humano se cree por encima del resto de especies e infravalora al resto de seres del planeta, poniéndolos a disposición de sus intereses personales. En el caso de los peces, pasa igual que con el resto de animales, sienten dolor. 

La ausencia de neocórtex o corteza cerebral no es sinónimo de que el ser en sí no experimente sensaciones, deseos y emociones. Los peces, al igual que reptiles, insectos o crustáceos poseen un tronco encefálico y ramificaciones nerviosas perfectamente desarrolladas, que generan sensaciones, entre ellas el dolor. Así se puede leer en este artículo de ABC, titutlado los peces también sieten dolor.

«Los peces disponen de nocioceptores, procesan las sensaciones dolorosas de forma compleja y su comportamiento se ve alterado por el dolor. Es decir, los peces son capaces de sentir el dolor físico. Pero no sólo ellos. Lo mismo sucede con los cangrejos, los langostinos, las sepias y los pulpos, como han demostrado experimentalmente otros investigadores durante la última década.»

Si los peces son en efecto seres sintientes entonces la conclusión moral parece clara, y así lo señala Culum Brown:

«Deberíamos incluir a los peces en nuestro "círculo moral" y darles la protección que merecen»

#2 Fuentes vegetales fiables de Omega-3 y Omega-6 

Hay dos familias distintas de grasas poliinsaturadas, la omega-6 y la omega-3. Ambas son vitales para la salud.

Es de vital importancia incluir buenas fuentes de ácidos grasos omega-3 en la dieta. Confíe en las semillas de lino, el aceite de linaza, las semillas de cáñamo, el aceite de cáñamo, el aceite de canola, las nueces y las verduras de hoja verde. Las semillas de lino y el aceite de linaza son con mucho las fuentes más ricas, una cucharadita de aceite de linaza o una cucharada y media de semillas de lino molidas aportan la cantidad diaria necesaria, duplicando esta cantidad dan un margen de seguridad importante. Otras fuentes son el tofu y la soja. (Ndt:Otra buena fuente son las semillas de chia.)

Para ampliar la información sobre sustitutos vegetales del pescado, consulta el artículo sustitutos vegetales del pescado donde, aparte de ampliar la información nutricional, te damos ideas de recetas para imitar el sabor del pescado y te recomendamos productos para conseguirlo.

#3 Mercurio y otros metales pesados

Si bien el consumo de carne es mucho más nocivo para la salud humana, los riesgos asociados al consumo de pescado también son a considerar. Hace años que se sabe que algunas especies de gran tamaño como el salmón, el atún y otros depredadores grandes contienen altas cantidades de mercurio (metilmercurio), dioxinas y policlorobifenilos (PCB). Los metales pesados y demás contaminantes se acumulan, precisamente, en el tejido graso del pescado, donde se encuentran los omega 3.

Algunos estudios asocian la acumulación de mercurio en el organismo con problemas neuronales. La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) informa en su página web de que “pueden perjudicar a un bebé que no haya nacido o puede afectar adversamente el sistema nervioso en vías de desarrollo de un niño pequeño”.

Muchas personas se preguntarán entonces, si realmente ¿es más peligroso comer pescado que beneficioso? Los científicos, conscientes de esta realidad, son cautelosos a la hora de recomendar el consumo diario de pescado.

#4 Riesgo de toxicidad para niños y embarazadas

Consciente del riesgo de toxicidad, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda que niños menores de 3 años y mujeres embarazadas o que puedan llegar a estarlo o en período de lactancia eviten el consumo de especies como son el pez espada, el tiburón, el atún rojo (normalmente consumida en fresco o congelada y fileteada) y el lucio.

Congelarlo reduce los riesgos pero no mata por completo a las bacterias. En muchos casos, para comprar el producto en el supermercado habitual, se transporta el pescado en grandes camiones con agua salada o dulce, dependiendo de qué tipo de pez sea, y este se encuentra medio moribundo. Aunque tú lo compras recién salido del agua, ese pescado no estaba en el hábitat natural y es bastante poco probable que no gozase de la más óptima salud. 

#5 El consumo de pescado crudo y peligros asociados

El anisakis, un parásito que desde siempre ha habitado en algunas especies de peces marinos habituales en las aguas del norte, era prácticamente desconocido en nuestro país hasta la década de los noventa, si bien en países como Japón, donde el pescado crudo forma parte de su alimentación, es conocido desde hace más de un siglo. En España, la aparición de afecciones digestivas y alergias provocadas por este parásito ha despertado en muchos casos el interés, y en otros la alarma de los consumidores, ante el riesgo que para el hombre ofrece el consumo de pescados crudos.

Aunque las medidas de prevención como proceder a su congelación son sencillas, el riesgo sigue estando presente. La enfermedad se manifiesta a través de dolencias de tipo gástrico, debilidad, anemias, que no presentan complicaciones, siempre y cuando se acuda a consulta médica, y se informe de la ingesta de pescado crudo.

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