- Numerosos estudios demuestran que lo que comemos así como su cantidad afectan de una forma u otra en nuestros estados anímicos.
- La llamada “dieta de la agresión” compuesta por un exceso de azúcares, harinas refinados y las conocidas como “grasas trans” fomentan lo que llamamos el mal humor.
- La alternativa para paliar los efectos de esta dieta está en cambiar de hábitos alimentarios incluyendo grasas de origen vegetal y alimentos menos procesados químicamente.
- El descanso es un buen método reparador, pero también es importante ingerir alimentos ricos en triptófano que nos ayuden a paliar la fatiga o el cansancio
Siempre hemos escuchado eso de “somos lo que comemos” y es que la dieta está muy ligada a los cambios conductuales de las personas. Pero, ¿cómo afectan los hábitos alimenticios tales como la cantidad y calidad de alimentos que ingerimos a nuestro carácter? ¿Qué alimentos son beneficiosos o perjudiciales en el carácter de una persona? Sigue leyendo.
La importancia de los hábitos alimenticios en el carácter
Ya en el siglo XVI se lanzaban hipótesis de cómo la manera de alimentarnos podía incidir en la forma de relacionarnos con el mundo. Michel de Montaigne afirmaba que la vida podía verse dificultada si a su vez se dificultaba la digestión de las comidas. Esto no es otra cosa que, si no te sientes bien contigo no podrás sentirte bien con los demás.
Los hábitos alimentarios afectan en nuestro estado de ánimo, por tanto, también en nuestras emociones y en cómo nos desenvolvemos. Así mismo, una dieta muy estricta y prolongada en el tiempo puede hacer oscilar nuestro estado de ánimo hasta llegar al llamado “mal humor” que convirtiéndose en un hábito puede llegar a ser fatal en la persona, provocando un estado de ánimo completamente destructivo para sí mismo. Pero no solo se habla de inanición también se hacen eco las dietas basadas en una ingesta muy elevada de grasas, azúcares o alimentos que llamamos “poco naturales”.
Cuando una dieta está incompleta, el cuerpo al ponerse en estado de alerta deja de fabricar la serotonina para darle preferencia a otras funciones vitales. Pero la carencia de la también llamada “la hormona de la felicidad” afecta en nuestro estado anímico pudiendo desencadenar en depresiones.
Un reciente estudio publicado en Cambridge (Reino Unido) ha demostrado que la carencia de Serotonina puede derivar en un desequilibrio físico y mental reduciendo incluso las funciones cerebrales, incidiendo en las percepciones, interrumpiendo el sueño y provocando confusión y descoordinación en funciones biológicas, impidiendo otras tales como dormir. Lo que nos hace pensar que el “mal humor” queda reducido a un simple efecto secundario si lo comparamos con lo anterior citado.
En 1992 se expuso por primera vez el caso de la pirámide dividida en pisos para una correcta alimentación donde cómo podemos comprobar en la siguiente imagen, los alimentos que deberían primar como base en nuestra alimentación son los cereales integrales e hidratos y las frutas y verduras, dejando en otros estamentos muy inferiores los productos de origen animal.
Pirámide Alimenticia USDA 1992
Ahora, en pleno siglo XXI nos encontramos ante la pirámide invertida y por tanto, su “estatus quo” peligra. El exceso de grasas animales, azúcares, y harinas refinados (característicos de las carnes rojas, alimentos procesados o bollería industrial) así como bebidas alcohólicas o con un alto nivel de cafeína hacen que se resientan nuestras arterias de colesterol LDL (malo) y toxinas. Además de aportar una obtención de serotonina rápida y muy poco duradera, por lo que, el bajón de esta resulta ser difícil de tolerar para el organismo.
El doctor Vicente Lahera expuso de forma concreta en el siguiente artículo otros alimentos que por sus características hacían oscilar de una u otra forma los estados de ánimo de las personas.
¿Cómo podemos guiar a nuestro cuerpo hacia la obtención de serotonina?
La clave, como hemos visto anteriormente, está en la forma de alimentarnos. La inclusión de los “alimentos base” que se correspondían en su día con la Estadounidense pirámide alimentaria de 1992 son la mejor alternativa de devolverle el equilibrio al cuerpo. Frutos secos o cereales integrales, frijoles, judías, soja y demás vegetales y frutas pueden ayudar a nuestro estado de ánimo por su alto contenido en triptófano.
¿Qué es el triptófano? ¿Por qué es fundamental?
El triptófano es un aminoácido esencial en nuestro cuerpo que se encarga de la producción de serotonina. Si este aminoácido no se encuentra entre los niveles normales, el cerebro que se encarga de enviar los impulsos nerviosos se resiente paralizándose e impidiendo la segregación de esta. Por tanto, la salud mental queda expuesta por la carencia de este aminoácido, que como se ha nombrado, es esencial en nuestro cuerpo para su correcto funcionamiento. Aparece la fatiga, el cansancio, la desgana, el interés y de forma prolongada, la ansiedad o la depresión crónica.
La alimentación suele ser el remedio más habitual para restablecer el equilibrio perdido, pero, también hay etapas de mayor ajetreo que eso no será suficiente. Para ello, los suplementos alimenticios suponen un gran aliado para atenuar su carencia y siempre que se sirva como complemento alimenticio y no como sustituto de una correcta alimentación.
Productos en Vegaffinity con triptófano
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