Los prejuicios y tópicos contra la dieta vegetariana siguen a la orden del día en la actualidad. Tanto es así, que muchos aún tienen la creencia de que es imposible llevar una dieta saludable sin comer carne y ¡no digamos sin lácteos! Lo cierto es que esta creencia ya está superada en el ámbito científico. El ampliamente difundido informe de la AND (Asociación e Nutrición y Dietética) – y respaldado a posteriori por la propia AEDN, Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas- ha supuesto el argumento definitivo para demostrar que “las dietas vegetarianas adecuadamente planificadas no saludables, nutricionalmente adecuadas, y pueden proporcionar beneficios para la salud en la prevención y en el tratamiento de ciertas enfermedades”.

Y es que cuando alguien se hace vegetariano reduce drásticamente las grasas saturadas y colesterol, pero aumenta su ingesta de vitaminas, minerales y fibra.

 

Esto trae importantes ventajas a nuestra salud: ayuda a combatir el cáncer  -se estima que el riesgo es un 50% menor de padecerlo-,  reduce enormemente el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, ayuda a controlar la hipertensión, previene (y revierte) la diabetes tipo 2 (no insulino dependiente), entre otras muchas.

El medio ambiente también sale ganando. La ganadería contribuye enormemente al calentamiento global derivado de las emisiones de metano –siendo incluso más contaminante que los  medios de transporte-,   que además provoca la destrucción del suelo y los ecosistemas acuáticos. Hay un dato muy significativo, de cada 16 kilos de cereales y legumbres dadas al ganado vacuno sólo se obtiene un kilo de carne. Un equipo de investigadores suecos, en la Conferencia Mundial del Agua, aseguró que para evitar el hambre habrá que dejar la carne. Se prevé que en 4 décadas el agua no bastará para producir los alimentos necesarios para la población mundial, se extrae del estudio. Un aumento neto de 2.000 millones en la polbación mundial que hará aún más dramática la falta de alimento. La solución (o una parte al menos) derivada de este problema podría ser cambiar dieta. 

Actualmente obtenemos aproximadamente el 20% de las proteínas necesarias para nuestros requerimientos de productos de origen animal, ya sean lácteos o carne. Pero hacia 2050, este porcentaje deberá descender al 5% si queremos evitar problemas causados por la escasez de comida.

 

Aunque es cierto que el vegetarianismo está cobrando importancia en los últimos años  -especialmente entre los más jóvenes-, aún hay cierta reticencia a adoptar esta forma de vida, principalmente por la dificultad de adaptación y falta de información, en parte debida a la influencia ejercida por grandes industrias como la cárnica, con grandes intereses detrás. La democratización que han traido Internet y las nuevas tecnologías ha supuesto un claro paso al frente para el vegetarianismo / veganismo, después de la gran viralidad que han tenido videos ya famosos como El mejor discurso que jamás escucharás - Gary Yourofsky, Terrícolas (Earthlings) o Gordo, enfermo, casi muerto.

Pero ¿cómo comprobar si el vegetarianismo / veganismo es una moda o una tendencia? Podemos hacer un sencillo e interesante experimento usando una potente herramienta gratuita a disposición de todos, el mayor indicador de tendencias de Internet Google Trends. Si buscamos los términos vegetariano y vegano, observamos los siguientes resultados:

 

 

Estos resultados corresponden a las búsquedas globales de éstos términos, pero observamos -si las hacemos para cada país de forma independiente- que la tendencia es de carácter generalizado. Observamos cómo el término "vegano" incluso supera en búsquedas a "vegetariano" en el último tramo.

En conclusión, a medida que más y más jóvenes transiten la ruta del vegetarianismo por compasión y con una conciencia despierta, se están sentando las bases correctas para que algún día las futuras generaciones y el mundo lleguen a ser completamente vegetarianos.