Desde que me hice vegano se ha cuestionado mi decisión por el hecho o creencia de que somos omnívoros, y también he escuchado a otros veganos decir que los seres humanos somos exclusivamente herbívoros (tales como Gary Yourofsky entre otros). Pero, ¿qué somos de verdad? Últimamente los científicos están divididos sobre este tema, pero cada año que pasa, la teoría de que somos herbívoros va cogiendo más fuerza (lo cual no significa que esta o la otra sean ciertas) aunque con cierta lentitud. Sin embargo ambos están de acuerdo en una cosa: antes de la existencia de las herramientas, las armas, o el fuego, las personas no comíamos carne. Los seres humanos éramos herbívoros antes de adaptarnos a una dieta de cazadores-recolectores. En la Edad de Hielo los vegetales eran muy escasos por lo que los humanos tuvieron que adaptarse, de modo que adoptaron la dieta de cazadores-recolectores; es ahí cuando empezamos a alimentarnos de carne.
Muchos antropólogos y expertos de la medicina aseguran que el hombre es un ser completamente herbívoro. El Dr. William Roberts, editor jefe del diario American Journal of Cardiology y profesor de la Universidad de Baylor, nos dice: “Los seres humanos no somos carnívoros natos. Cuando matamos animales para comerlos nos terminan matando a nosotros mismos, ya que su carne, la cual contiene colesterol y grasas saturadas, nunca fue apta para los seres humanos que somos herbívoros por naturaleza”. En su libro The Vegetarian Way, los médicos nutricionistas Virginia y Mark Messina compilaron un cuadro simple que compara características del cuerpo humano con las de cuerpos de animales herbívoros, omnívoros y carnívoros.
La longitud relativamente corta y la suavidad de la superficie interior de los intestinos de los carnívoros u omnívoros permiten que la carne cruda en descomposición, las proteínas, la caseína, colesterol, ácidos grasos trans y la cantidad excesiva de grasa que hay en los productos animales se digiera rápidamente. Es por eso que ni a los carnívoros ni a los omnívoros se les obstruyen las arterias. Las arterias obstruidas, sin embargo, afectan a más del 50% de las personas que consumen carne, huevos y productos lácteos hoy en día.
El Dr. Williams Castelli, director del estudio del corazón a largo plazo más grade del mundo, apoya los descubrimientos anteriormente mencionados y aporta que el porcentaje de pacientes con cáncer podría reducirse en un 60% si la gente dejara de consumir carnes, queso, leche y huevos. Lo cual no excluye que hayan otros factores que también influyen en la salud: el consumo de azúcares, la cantidad excesiva de grasa que se encuentra en los aceites, el estrés, la falta de sueño, los carbohidratos refinados que se encuentran en el arroz blanco, pan blanco y las pastas, el tabaco y la falta de ejercicio pueden causar estragos en el cuerpo.
Algunos científicos sostienen que los humanos somos incapaces de digerir celulosa y que la desechamos durante la digestión. Sin embargo, la celulosa es necesaria como compuesto de la fibra (es el principal compuesto de la fibra). Los bonobos, nuestros parientes animales más cercanos, comparten el 99,5% de nuestro ADN y tampoco pueden digerir celulosa y eso es porque son frugívoros. Los herbívoros que comen fruta como los caballos (imagen a continuación), los bonobos o los orangutanes (dos de los animales con más compatibilidad genética al humano) tienen caninos.
La mandíbula de un herbívoro se mueve horizontalmente para masticar los vegetales. Las mandíbulas de los carnívoros u omnívoros se mueven de arriba hacia abajo, de manera vertical. No mastican, simplemente destrozan y tragan.
Otros científicos argumentan que hemos evolucionado para obtener la B12 de la carne. Sin embargo la vitamina B12 es producida por bacterias localizadas principalmente en la tierra, NO es de origen animal. Los mamíferos herbívoros llevan tierra a sus intestinos mezclada con los alimentos que ingieren, las bacterias que se encuentran en esa tierra se adhieren al intestino y se produce una simbiosis. Nosotros obtenemos una parte de B12 de la concentración de estas bacterias en la parte de debajo de la lengua (la denominada B12 sublingüal). Muchos herbívoros recurren a la coprofagia debido a la cantidad de B12 que producen las bacterias en el intestino. Pero aquí estaríamos hablando más de nutrición que de antropología.
Y aunque todos estos datos fuesen erróneos y fuese cierto que hemos evolucionado para ser omnívoros, simplemente significaría que hemos evolucionado como animales que pueden elegir qué comer y que tenemos la opción de vivir alimentándonos exclusivamente de comida vegetal. El hecho de que podamos comer animales no sustenta la conclusión de que hacerlo está moralmente justificado, del mismo modo que nuestra capacidad de usar la violencia no sustenta la conclusión de que la guerra (o cualquier otra forma de violencia) esté moralmente justificada. El hecho de que podamos hacer algo no es relevante para decidir si es moralmente aceptable o si deberíamos hacerlo.
Si el hecho de que fuéramos omnívoros justificara que usáramos animales como comida entonces igualmente justificaría el canibalismo. Que podamos tomar leche no significa que debamos, que sea natural o que sea buena para la salud (aunque es justo a la inversa de lo escrito). Lo razonable es concluir que no tiene relevancia moral alguna el hecho de si somos omnívoros, o cualquier otra cosa. Lo importante es que es un hecho comprobado que podemos alimentarnos, y vivir en general, sin explotar ni hacer daño a otros animales.
No hay ningún motivo fisiológico que nos impida llevar una alimentación vegana.
El hecho relevante no es que seamos omnívoros, sino que somos agentes morales. Esta es la única característica éticamente relevante. Esto significa que somos capaces de razonar moralmente y de distinguir entre el bien y el mal, actuando en consecuencia.
